El sol no se alza,
el tambien está solo.
Por lo menos avanza,
sabiendome a poco.
No queda más que agua,
porque el dinero se escapa.
Mi bicicleta, mi grua,
no me deja en la estacada.
La gente se conoce,
el trabajo se amontona,
y el monton, hace el roce.
La burocracia se atolondrona,
los recuerdos se añoran,
pero mi sonrisa me envalentona.
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