sábado, 28 de agosto de 2010

Probando...probando...1...2...3...

Acabo de tener mi primera cena en común en mi nueva vida. Nueva, no por despecho de la anterior, sino por aprecio. Porque no se mira nunca adelante sin mirar atrás… DARLE AL COCO a ver si lo entendéis o efectivamente no se escribir.


Estoy más que sorprendido de todo lo que me encuentro. Levantando la vista tengo japones, checos, finlandeses, colombianos y de todas las razas y colores. Con semejantes compañeros de pasillo y de la laboratorio culinario (todos somos expertos cocineros) no espero otra cosa que armarme un lío enorme de idiomas. De mi cuarto poco puedo decir, me encanta. Mucha luz…y, como todo tiene que tener luces y sombras, aquí la oscuridad la pongo yo. Que para eso estoy de Erasmus. Del viaje, cómodo sin tener en cuenta que hemos dormido dos horas. Viva el ramplonear unos euros. Con lo que cobran los controladores.

Ya llegados nos hemos puesto el disfraz de turistas armados con maletas y nos hemos recorrido de arriba abajo el empedradísimo y sobresaliente suelo de la magnifica Delft. Para recoger las llaves y caer el los brazos de Morfeo. Me parece que muchos brazos de dioses son los que nos van a ayudar este año. Lo dejo para la culturilla de cada uno, y a falta de arte véase la Wikipedia.

Día 1: no puede ir mejor.

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